Cómo evitar que las celebraciones se conviertan en deudas que persigan todo el año
El último mes del año se ha transformado en una verdadera prueba de resistencia para los bolsillos de los hogares chilenos. Entre viajes de vacaciones, cenas familiares, intercambios de regalos, fiestas de oficina y las tentadoras ofertas que se arrastran desde noviembre, diciembre concentra un nivel de gasto que, según la consultora Simon-Kucher, alcanzará este año un promedio de 109 dólares por persona en compras de fin de año. La cifra refleja no solo el entusiasmo por celebrar, sino también el riesgo de que la alegría se traduzca en deudas que se extienden hasta bien entrado enero y más allá.

Miguel Ángel López, profesor del área de Finanzas de EAE Business School, perteneciente a la red de educación superior Planeta Formación y Universidades, advierte que el problema no está únicamente en los grandes desembolsos, sino en los gastos invisibles que se acumulan silenciosamente: “Muchas personas solo cuentan los regalos o las cenas principales, pero olvidan compras pequeñas, transporte, propinas, eventos sorpresa o incrementos en los gastos del hogar. Y no olvidemos las compras de última hora, donde la presión del tiempo dispara los precios y empuja a decisiones poco estratégicas”.
El experto subraya que esta presión social y cultural —cumplir con las expectativas de la Navidad, los intercambios y las reuniones— puede ser especialmente dañina en familias de menores ingresos, que terminan recurriendo a créditos rápidos y sobreendeudándose. “Cuando el margen es estrecho, cualquier gasto adicional se convierte en un riesgo financiero serio”, puntualiza.
Estrategias para sobrevivir diciembre sin deudas
Para enfrentar este escenario, López recomienda anticiparse con una lista completa de gastos, incluyendo los menores, y jerarquizar lo esencial frente a lo prescindible. La clave está en la constancia más que en la sofisticación: desde simples hojas de cálculo en Excel hasta aplicaciones de control de gastos como Fintonic, Monefy o Wallet, que alertan cuando se está a punto de sobrepasar un límite. Incluso métodos tradicionales como el sistema de sobres o bolsillos digitales en apps bancarias pueden ser efectivos para mantener el orden.
El principio fundamental, recalca el académico, es no sacrificar el ahorro. “Diciembre no es un mes extra; es un mes normal con gastos adicionales. El ahorro debe apartarse antes de planificar cualquier celebración. Se puede destinar entre el 20% y el 25% del ingreso mensual a los gastos festivos y dividir esa cifra en categorías: regalos, cenas, viajes, eventos y un pequeño fondo de imprevistos. Si algo no encaja, se ajusta la categoría, no el ahorro, y mucho menos se recurre a financiamiento innecesario”.
El mejor regalo: Empezar 2026 sin deudas
El cierre de año, además, es una oportunidad para ordenar las finanzas y evitar que enero se convierta en un mes de arrepentimiento financiero. López aconseja terminar diciembre sin deudas de consumo, revisar suscripciones y gastos fijos que pueden eliminarse, y aprovechar estas semanas para trazar metas financieras de 2026. “Hacer ese orden permite iniciar el año con claridad, y no con la angustia que generan los pagos pendientes después de las fiestas”, concluye.
En definitiva, diciembre puede disfrutarse sin ansiedad financiera si se combina la emoción con la estrategia. La verdadera celebración está en comenzar el nuevo año con estabilidad, foco y tranquilidad. Porque, al final, el mejor regalo que uno puede hacerse es no hipotecar la alegría de hoy con las deudas de mañana.




