¿Cómo ayuda la dexametasona a combatir el Covid-19?

La dexametasona es un fármaco de la familia de los corticoides, específicamente un glucocorticoide sintético, creado en 1957 por el médico estadounidense Philip Showalter y aprobado cuatro años después para su uso. Es utilizado principalmente por sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas, antialérgicas e inmunosupresoras, sin provocar la retención de sodio como la hidrocortisona.
Ha sido utilizada contra diversas afecciones, entre ellas el asma, la artritis reumatoide, los edemas cerebrales, el síndrome nefrótico que afecta al riñón y el lupus. Asimismo, este fármaco es utilizado como premedicación en algunos cánceres como el mieloma, leucemia y los linfomas. También se utiliza en condiciones de alergias.
El foco internacional se dirigió a este corticoide luego de que se comprobara que una pequeña dosis de este fármaco reducía la mortalidad de los pacientes graves de coronavirus y mejorara la supervivencia. Esta noticia fue revelada por el estudio Recovery, un ensayo aleatorio de drogas que se realiza desde marzo en Reino Unido, cuando el mundo se aproxima a los 8.500.000 casos por covid-19.
En detalle, se logró demostrar que la utilización de 6 miligramos de dexametasona —ya sea administrado por vía oral o intravenosa— reduce en un tercio las muertes de los pacientes conectados a ventilación mecánica y en un quinto la de los pacientes que sólo recibieron apoyo ventilatorio con oxígeno. “No se encontró beneficio en aquellos pacientes que no requirieron asistencia respiratoria. En base a estos resultados, se evitaría una muerte en alrededor de ocho pacientes que estuvieron conectados a ventilador mecánico, y una muerte alrededor de 25 pacientes que requirieron sólo oxígeno como apoyo ventilatorio”, precisa el profesor de la Facultad de Química y Farmacia UC, Cristian Plaza.
Los especialistas concuerdan enfáticamente que no se debe usar de manera preventiva, debido a que no hay pruebas y existe una serie de contraindicaciones. “La dexametasona no debe ser empleada como profiláctico. No es un fármaco para prevenir el desarrollo de covid-19, solamente debe emplearse en pacientes críticos, intubados y con requerimiento de oxígeno y que se encuentren bajo estricta supervisión médica. Su uso en la fase de inicio o no inflamatoria podría ser perjudicial, puesto que justamente uno de los efectos adversos es la inmunosupresión”, argumenta Sepúlveda, doctora en ciencias naturales de la Universidad Karl Franzens e integrante de la Red de Investigadoras.
Si bien países como Francia, Cuba, Estados Unidos y Reino Unido ya han comenzado a promover su uso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha celebrado cautelosamente los resultados de Recovery. “Es importante subrayar que hay que usarlo con supervisión médica, no es un fármaco para casos leves ni puede tener uso profiláctico. Es un antiinflamatorio muy potente”, señaló el director ejecutivo de la organización para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan.
Fuente: Emol.com