Quillota reconoció a la familia Briones González cómo Patrimonio Vivo por su trayectoria en el arte de mimbre
Los hermanos BRiones son promotores de un arte centenario
La tradición del mimbre sigue viva en Quillota gracias al esfuerzo de los hermanos Briones, quienes han dedicado su vida a preservar este oficio ancestral y legado familiar. La familia Briones González ha sido reconocida por la Municipalidad de Quillota por su destacada trayectoria en el oficio artesanal de la cestería en mimbre.
Con más de seis décadas dedicadas a esta tradición, Luis, Benito, Vicente y Elena Briones han mantenido viva una práctica que no solo es un pilar cultural de la comuna, sino que también ha marcado la identidad de la familia. Este arte ha sido promovido como un patrimonio vivo, conectando a la comunidad con sus raíces y proyectando esta herencia hacia las nuevas generaciones.
Para Benito Briones, el hermano mayor, preservar este arte no es solo un deber familiar, sino un acto de amor y respeto por la memoria de quienes vinieron antes. “Nosotros crecimos entre los cestos de mimbre, viendo transformar una simple fibra en algo hermoso. Mantener esta tradición viva es nuestra forma de asegurar que esta riqueza no se pierda en el tiempo”, comparte con humildad Benito.
Vicente Briones relata que la tradición en su familia comenzó cuando sus antepasados llegaron de Los Andes, ya con el conocimiento del trabajo en mimbre. Desde entonces, esta habilidad ha sido transmitida de padres a hijos. Aunque muchos de los descendientes más jóvenes han optado por otros caminos, algunos de los miembros mayores de la familia siguen dedicándose a este oficio con pasión.
El reconocimiento de la municipalidad no solo celebra su contribución al patrimonio cultural de Quillota, sino que también destaca la importancia de preservar este arte en vías de extinción. Los Briones lamentan que la juventud no se sienta atraída por este trabajo, que requiere paciencia y dedicación, pero se sienten orgullosos de ser los últimos mimbreros en la zona, y de mantener vivo un legado familiar que sigue dejando huella en la artesanía nacional.
Luis Briones, por su parte, enfatiza que la calidad del mimbre chileno, particularmente el de Chimbarongo, es reconocida mundialmente. A pesar de las dificultades actuales para obtener el material y la falta de interés de las nuevas generaciones, recalca que su compromiso con el oficio sigue intacto.
Este homenaje no solo representa un reconocimiento al arduo trabajo de la familia, sino también un llamado a la comunidad a valorar y apoyar la continuidad de una tradición que, aunque se enfrenta a desafíos, sigue siendo una parte esencial del patrimonio cultural chileno. Gracias al esfuerzo de estos hermanos, el arte del mimbre sigue tejiendo la historia de Quillota, uniendo pasado, presente y futuro en cada fibra.