Valparaíso, Patrimonio de la Humanidad desde el año 2003, vive hoy quizás, su peor momento. El abandono de las autoridades, el estallido social y la pandemia parecen haberle dado el tiro de gracia a una ciudad que se resiste a la caída y trata de sobrevivir.
Hace rato que las cosas vienen mal en la ciudad puerto, aquella urbe multicolor de las postales parece ser sólo una foto en blanco y negro. Malas gestiones Municipales (las que se arrastran desde tiempos pretéritos) dejaron una herida grande en el Patrimonio porteño, parece una lucha interminable y eterna que la ciudadanía trata de aplacar. En Valparaíso las cosas, se incendian, se inundan o se derrumban, y eso que la vorágine inmobiliaria ha tomado una pausa. Algo es algo.
Atrás quedaron los tiempos de una ciudad bohemia. Bares con las cortinas abajo, que venían soportando el estallido social y el toque de queda, la Capital Cultural y Musical de Chile quedó en silencio. El comercio minorista de la ciudad saqueado y hecho cenizas al igual que el retail. Llegó la pandemia y el panorama se puso aún peor. Ahogando las pocas posibilidades de volver a salir a flote y aumentando la cesantía.