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Artes escénicas, sitio de memoria y territorio: el mapa conceptual de las acciones del Parque Cultural de Valparaíso

La conexión con la comunidad es una de las prioridades en su plan de trabajo a nivel cultural y social y comunitario

El Parque Cultural de Valparaíso (PCV) representa todo un ícono para la ciudad puerto en materia de historia, memoria y patrimonio. Pero no solo es un lugar de identidad con la capital regional, sino que, a través de su visión, es un referente de participación cultural y fomento de las culturas, las artes y los derechos humanos desde la capital regional hacia toda la región. Cabe consignar que la Región de Valparaíso es un gran terreno en superficie con 16.396 Km² en que todas las provincias y comunas tienen su sello particular en materia de identidad y cultura.

En este sentido, el parque es la muestra de una historia social y cultural que no se quiere quedar solo en la ciudad, sino que se hacen los esfuerzos de vinculación para organismos y entidades de toda la superficie como comunidad.

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En este sentido, el espacio que tiene una existåencia de 11 años de vida tras ser inaugurado el año 2012, su trabajo se aboca a tres hitos: las artes escénicas, sitio de memoria histórica y territorio. Esta última proyecta trabajos a largo plazo en materia de vinculación con la comunidad, educación del medio ambiente, punto de reciclaje entre otras actividades de mediación.

A primera vista, el parque cuenta con un gran espacio de áreas verdes para recorrer, fotografiar, descansar y buscar un ambiente de esparcimiento al aire libre, conservando los cuidados propios del espacio. Diversas instituciones de educación media y universitaria acceden para el desarrollo de distintas actividades en el que se desea aprovechar el espacio como parque y recreación.

Según se señala en su sitio web, el espacio quiere “conectar con las nuevas ciudadanías, en busca de las transformaciones que la sociedad hoy en día demanda por medio de profundos retos culturales. La transformación es parte de la naturaleza de este espacio: lo que hoy es la principal infraestructura cultural de la región, ayer fue una ex cárcel”. Esto quiere decir que asimilar la palabra “transformaciones”, significa que la ciudadanía que experimentan vivencias, lo logra a través de hitos sociales que engloba el mundo de un sitio en el que se conecta a un pasado histórico para la ciudad y la región, como fue una cárcel que acogió a presos de todos los delitos, pero también a nivel político. Se suma a esto, un espacio de transformación en el que se abre paso a la cultura, sin olvidar su pasado.

Para comprender la tarea del Parque Cultural de Valparaíso y sus respectivas actividades, hay que señalar que la primera imagen que se viene a la mente de cualquier persona, es que allí se desarrollan actividades artísticas. Y efectivamente es así por medio de distintas muestras de obras escénicas, musicales, literatura o audiovisuales, además de ser un referente para el apoyo de aquellas personas naturales o jurídicas que postulan a proyectos de fondos concursables. 

Además, se revela un sitio de memoria y territorio, donde cada unidad cumple un rol social y cultural a través de sus actividades.

Programación Escénica

Si lo que hace ruido en cualquier agenda cultural es lo que se observa en materia de espectáculo en cualquiera de los niveles de una obra cultural. Esta unidad reconoce que tiene una alta demanda a nivel regional y de otras localidades del país, cuando se necesita de las salas para la exhibición de obras escénicas.

Según cuenta Andrés Ulloa, productor del área de programación de las artes escénicas, el año 2022 fue un espacio de transición para que el público volviera a las salas del parque, ya que luego que se levantaran las restricciones sanitarias, el proceso de confianza para los asistentes fue lento en materia de atrevimiento para ver las obras en sala. No obstante, el profesional reconoce que, durante el segundo semestre del año 2022, la situación mejoró.

“La programación que pertenece a las artes escénicas es muy variada y bastante abundante, mensualmente hay un promedio de cuatro o seis obras que corresponden a esta área programadas en el teatro o en alguna de las dependencias del parque”, manifiesta Ulloa, quien aclara que las obras que se presentan forman parte de un convenio con el Ministerio del rubro cultural junto con la acogida de proyectos que recibe el recinto.

Admite, además, que para este año 2023 se visualiza una programación entretenida: “hay mucho avanzado en cuanto a cartelera en el que está muy variada, aunque hay mucho por definir sobre todo con los resultados del Fondart que salieron ahora, pero nosotros tenemos claridad de todos los proyectos que contaron con nuestro apoyo que fueron adjudicados, pero todavía falta programarlos y ponerlos en la cartelera mensual y anual”, señala.

Para este año 2023 se recibirán muchas obras que vienen de Santiago, pero también de la Región de Valparaíso, según manifiesta el encargado del departamento de artes escénicas, quien confía que para este año el público vuelva a las salas de teatro y recupere las confianzas para ver una obra escénica en el que hay que compartir con las personas. “El departamento de comunicaciones a través del Instagram está manteniendo súper actualizada, semanalmente, la programación y también se está fijando la programación semanal que, de alguna manera, hace más fácil y accesible al público común, saber lo que va a ocurrir en la semana”, señala Ulloa sobre el seguimiento de las obras en la cartelera que tiene el parque.

Por otra parte, el sitio web del parque (www.parquecultural.cl) es una buena instancia de búsqueda en materia de las actividades que llegan a ser entre tres a cinco diarias, lo que permite a los interesados hacer una planificación de semana o mes para optar por la visualización de algunas de las actividades en materia de artes escénicas. En este sentido, el esfuerzo de la ciudad por mantener una cartelera abierta de teatro resulta llamativa para descentralizar las artes de la ciudad capital y así, dar vida y oportunidad a los espectadores de la región que gusta de las obras de teatro.

Historia, memoria y patrimonio para una pedagogía social y cultural

La cárcel, como tal, dejó de funcionar en el año 1999 con el traslado al nuevo recinto penitenciario ubicado camino a Laguna Verde. Desde ese año hasta el 2012, el espacio de la cárcel fue utilizado como reflejo de la memoria, museo arcaico de la arquitectura del lugar y hasta conciertos de Rock. Pero fue hasta el año 2012 cuando se erigió el lugar que la memoria del recinto no podía ser olvidada, porque forma parte de la ciudad puerto y de la historia de Chile.

De esta forma, el Departamento de Patrimonio, Memoria y Derechos Humanos, realiza una labor esencial que reúne espacios de comprensión, conservación, educación, reflexión y cultura en el campo de la memoria.

Visualmente la vista entrega mucha información y el recinto permite aquello al observar el edificio blanco emblemático que representa lo que fue la cárcel, junto a una estructura antigua que aún se mantiene en pie y se conoce como la casa de pólvora, representando el sitio de memoria en el año 2017. 

El viejo edificio de la cárcel pública data de 1846 y la casa de pólvora desde 1806. Estos lugares han sido testigo de la historia y la vida política de Valparaíso y el país, lo que simboliza en la actualidad una ruta hacia la memoria en el que la comunidad, sociedad civil y las distintas instituciones de derechos humanos aportan enseñanza en relación al diálogo de la memoria. En este sentido, la ex cárcel pública de Valparaíso, hoy Parque Cultural, manteniendo una filosofía de la historia, preserva este sitio a través de su Departamento para motivar la pedagogía que la cárcel no solo fue un sitio de presos comunes, sino también de presos políticos desde la guerra civil en los tiempos del presidente Balmaceda donde hubo presos políticos en el lugar y, posteriormente la violencia política en el que marinos no golpistas estuvieron detenidos en el lugar.

La coordinadora del Departamento de Patrimonio, Memoria y Derechos Humanos, Valquiria Jorquera, explica que el sitio de la memoria se debe entender, como el lugar donde se violaron los derechos por parte del Estado, lo que significa comprender que el organismo Estado violó los derechos humanos.  “Al constituirse el sitio de memoria, significa que esa parte de la historia donde fue esta violación de los derechos humanos, también se constituye en una resignificación en el que se mira esta violación y se le da una interpretación en el que es parte de momentos de reflexión que se puede realizar acá. Y tiene también otro componente que es el pedagógico que es el poder recordar que nos lleva esta memoria al recuerdo del pasado, pero desde una mirada colectiva que nos permite proyectar y dar una visión a las generaciones futuras”, dice Valquiria Jorquera.

En la parte operativa del sitio de memoria existen diversas actividades, además de seguir las acciones culturales y artísticas de memoria que se desarrollan en el parque. “El término pedagógico, cultural e histórico que son los tres pilares que nosotros trabajamos en el departamento, están dados por las visitas dialogadas que se pueden gestionar a través de llamadas al parque y hay personas que hacen el recorrido o visitas guiadas donde se comenta, a través de diálogos y conversación la parte cultural, la parte histórica, la violación de los derechos humanos y la historia de lo que es este sitio”, explica la profesional.

Los recorridos tienen mucha demanda de instituciones que se acercan al parque en el que se hacen cuatro o cinco visitas guiadas durante el día llegando a recibir 200 estudiantes, además de exposiciones vinculado a los derechos humanos. Cada 11 de febrero se celebra un encuentro con los ex presos políticos. Por otra parte, la muestra de exposiciones resulta esencial para este departamento, ya que las colecciones de fotografías que tiene el lugar en lo que es la ex entrada de lo que fue la cárcel, representa un sitio de memoria.

Si bien el Parque Cultural de Valparaíso es un espacio público de esparcimiento y recreación a través de las artes, no pierde la filosofía de memoria por medio de lo que fue la cárcel: “desde que se constituye este recinto como cárcel, hubo siempre presos políticos y eso es importante, porque en el año 1891, luego de la guerra civil y se hace la batalla de Placilla, los perdedores que fueron los presos políticos, se instalaron acá en la cárcel pública que es esta; luego viene otro momento de la historia que es en los comienzos de 1900 que son los grandes movimientos de trabajadores anarquistas y socialistas con una huelga en 1906 que llegan a esta cárcel”, explica la funcionaria.

La marca presos políticos no solo se asocia a lo ocurrido posterior al año 1973, sino que, en la historia de Valparaíso, debido a los procesos de la política e historia del país, al lugar llegaron diversos presos asociados a casos de políticos como fue el de la agrupación de marina que avisaron que se venía un golpe en el país, pero fueron aislados de la institución, cayendo presos en la ex cárcel de Valparaíso. Así, como señala la encargada del Departamento de Patrimonio, Memoria y Derechos Humanos, el tema de la memoria se asocia al pasado con el recuerdo que se retrotrae al presente donde la historia cultural de Valparaíso ofrece una identidad a la ciudad como es el caso de Émile Dubois que llega detenido al recinto cunado fue cárcel, conformando esa parte de la historia de Valparaíso.

Acciones en el Territorio

El quehacer de la presente unidad representa el motor con la comunidad colectiva en materia de vinculación con el medio y sus diversas actividades a nivel interno y externo. 

Michele Malet Auge es la jefa del Departamento de Territorio y Redes del Parque, unidad que trabaja con diversas comunidades que tienen intereses y motivación como esencia de lo que es una comunidad. Y, en esta línea, trabajan variados proyectos a mediano y largo plazo. Una de ellos es el Huerto los Pimientos que está dentro del parque, a un costado del edificio blanco de lo que fue la estructura de la cárcel, donde estaban los reos, iniciativa que tiene su origen el año 2012 levantado con vecinas y vecinos de la comunidad. Hasta el presente sigue en pie a cargo de personas voluntarias en el que, Michele Malet señala que, “nuestro objetivo, principal, es poder desarrollar una mantención continua a la huerta con procesos educativos en relación a la soberanía alimentaria y distintas temáticas que se vinculan al medio ambiente”. La responsable de la unidad deja la invitación abierta a las personas de cualquier edad para que participen a las jornadas de voluntariados que se hacen, dos veces a la semana, los días miércoles y sábados, voluntariado que es dirigido por un coordinador o coordinadora de la huerta, que tiene información del plan de manejo de la huerta los pimientos que tiene distintas áreas de manejo.

Quienes gustan de la naturaleza en materia de huerto, se puede caminar a través del lugar adosado con bellas estructuras de arte en algunas zonas, en el que es posible ver frutales, plantaciones de verduras, hierbas medicinales y un invernadero. Los encargados explican el funcionamiento a la comunidad sobre el proceso de trabajo de la tierra con los materiales.

Michele Malet argumenta que todas las iniciativas que elabora el departamento que coordina, son de tipo colaborativo: “se trabaja con distintas comunidades de diversas organizaciones e instituciones también que están vinculadas a las temáticas que trabajamos”.

Otra de las líneas de trabajo es el llamado “punto limpio” de carácter educativo. Se trata de un artefacto el que se abre tres veces al día para que la comunidad recicle residuos como papales, revistas, diarios, botellas plásticas, latas y cartón.  En esta acción también puede participar la comunidad, donde un encargado o encargada recibe el material, pero además enseña el funcionamiento e importancia del reciclaje junto al proceso elaborado.

Para esta instancia se reciben muchos colegios, comunidades de personas mayores para realizar recorridos educativos, donde el parque pone a disposición un calendario biodinámico de agro ecología junto al “punto limpio” para educar en materia de reciclaje creativo y concientizar sobre el cambio climático.

Malet expone que la unidad trabaja también en otro proyecto llamado “vuelo de pajares” junto a la fundación Pájaras Entre Púas. De esta forma, el parque colabora con acciones de los centros penitenciarios y mujeres ex carcelarias para trabajar iniciativas de tipo artístico: las protagonistas son mujeres junto a sus hijas, además de activistas en el que se generan trabajos de integración tras haber estado en privación de libertad. El papel que juega esta unidad es colaborativo, ya que también la institución de Gendarmería de Chile está en conocimiento para la gestión de los permisos para el ingreso de los centros penitenciarios cuando la unidad de territorio desarrolla estas acciones.

Si bien todas las unidades tienen una labor social por la interacción que tienen en materia de educación y expresión cultural, la unidad de territorio es reconocida su función social – cultural en sus taras de vinculación con la comunidad donde, además de ejecutar programas, educa e integra.

Fuera de estos programas, los adultos mayores también tienen relevancia, debido a la existencia de un comité creativo que desarrolla acciones con este segmento de la población en conjunto con algunos Cesfam de los cerros de la ciudad como así también Geropolis de la Universidad de Valparaíso y otras instituciones públicas.

“Nos reunimos cada cierto tiempo y a principios de año donde desarrollamos toda una propuesta de plan de trabajo, para poder generar distintas actividades hacia las personas mayores con enfoque de derecho, trabajando temas de envejecimiento activo, participación social, la vinculación con otras personas y vivencias de comunidad, proyecto muy lindo que nace desde que el parque, con estas instituciones realizaba distintas actividades antes de la pandemia, donde tuvimos que desarrollar actividades virtuales en el que las distintas organizaciones elaboraron estrategias para que las personas mayores pudieran entrar a las plataformas digitales y desde el año pasado hicimos este plan anual en el que constantemente tenemos actividades para esas comunidades”, señala Michele Malet.

Cada organización que participa de esta instancia, colabora con distintos saberes del conocimiento juntos a recursos, con el fin de armar iniciativas de forma colaborativa en un plan anual en el que se pone como énfasis de importancia, los intereses de las personas que integran la comunidad de adultos mayores.  Como unidad, reconocen que estas acciones movilizan de manera positiva las acciones de un envejecimiento activo que ayuda, directa o indirectamente en la salud.

En la misma línea de extensión, pero con tres comunidades específicas de Valparaíso, a través de la Cultura Comunitaria y otras dependencias de la Municipalidad de Valparaíso, el departamento del recinto trabaja el proyecto “Territorio Parque Abierto”, en el que consiste en una serie de trabajos a desarrollar con juntas de vecinos y organizaciones sociales que apunta a la promoción de los derechos culturales junto con fortalecer el conocimiento de la gestión cultural local con un enfoque democrático.

“Son las propias comunidades de vecinos, vecinas, organizaciones que toman las decisiones de lo que quieren desarrollar en su territorio con el acompañamiento técnico del Parque Cultural y de la unidad de cultura comunitaria de la Municipalidad de Valparaíso”, manifiesta la encargada del departamento. Los recursos para las presentes iniciativas forman parte del presupuesto anual que tiene cada entidad para ser ejecutada con las comunidades de base. No obstante, el programa Territorio Parque Abierto es un proceso iniciado el año 2021 y que finaliza el 2023.

“Este proyecto es el primero de mediano plazo, es decir, tres años consecutivos que tiene un presupuesto para que cada territorio pueda desarrollar su iniciativa cultural y de libre disposición en el que disponen de dos y medio millones de pesos para poder desarrollar un proyecto en base a un sentido común que beneficia a la comunidad”, expone Marlet.

Cabe señalar que el parque forma parte de variados proyectos asociados con la comunidad y las instituciones, generando así un motor cultural de entretención y formación, debido al conocimiento que aportan las entidades en materia de iniciativas y gestión. Distintas temáticas trabajan la unidad para generar sensaciones, sentimientos, identidad y terapia para potenciar el envejecimiento activo.

Todas las unidades trabajan por objetivos en materia de gestión, fuera de la particularidad que cada una de ellas tenga al interior del parque, pero el Departamento de Territorio y Redes maneja variados proyectos en base a procesos con mudos y actores sociales variados cuyas metas se logran gracias a la intervención de las instituciones y comunidad de personas naturales que se suman a una red colaborativa que busca la empatía, interacción y conocimiento que ayuda a la integración y salud como parte de la filosofía cultural del parque.

Patio para la recreación

Una de las bondades que tiene el parque es su espacio y naturaleza que se requiere en toda ciudad. Valparaíso es una ciudad pequeña que, a diferencia de las grandes ciudades de Europa o algunas de Sudamérica, no hay espacios en áreas y superficies para parques. Esto resulta trascendental para un grupo de mamás que visitan cada semana este recinto para llevar a sus hijos a caminar o pasear mascotas.

Belén Araneda, de la ciudad de Santiago, comuna de Maipú, llegó a Valparaíso el año 2019 para radicarse en el cerro Alegre. Dice que visita el parque todo el año, porque es el patio de pasto que le falta a la ciudad. “Es el único lugar verde, además de las quebradas, bien aprovechado, aunque podría cerrar hasta más tarde, disfrutar el parque en la noche”, explica.

El parque resulta ser el patio o gran espacio para madres y padres que necesitan de lugares abiertos para correr, jugar o respirar del ambiente de naturaleza juntos sus hijos e hijas.  Por el momento, hay madres que aprovechan el lugar, porque existen viviendas que carecen de un patio o espacio suficiente para estirar las piernas. Aunque esté enclavado en un cerro, el parque sigue en la búsqueda de gestionar y programar acciones que cautiven a los y las ciudadanos comunes.

El Parque Cultural de Valparaíso, además de las interacciones culturales y vinculación con el territorio, es un pulmón verde para caminar y descansar. Si usted gusta de aquello, puede aprovechar del amplio espacio y, finalizar sus actividades, de un café en su amplia y tranquila cafetería ubicada en una de las terrazas del lugar patrimonial.

Por Miguel Chamorro Maldonado

 

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