Pescadores Artesanales se sumergen en la ciencia: Finaliza con éxito Curso de Monitoreo de Biodiversidad Submareal en Maitencillo y Ventanas
El curso, que combinó formación teórica virtual con prácticas presenciales en tierra y bajo el agua

Con un mar despejado, días soleados y una gran motivación para el trabajo bajo el agua, integrantes de las ahrupaciones de la pesca artesanal y colaboradores de las caletas de Ventanas, Maitencillo, Zapallar, Huiro y Chepu vivieron una experiencia enriquecedora al finalizar el Curso de Monitoreo Biológico Submareal, una iniciativa clave para promover las Zonas Voluntarias de Protección, también conocidas como Refugios Marinos, impulsado la Fundación Capital Azul y con el apoyo del proyecto GEF Incentivos para la Conservación de la Biodiversidad y la certificación internacional CMAS a cargo de la escuela de buceo Valposub.
El curso, que combinó formación teórica virtual con prácticas presenciales en tierra y bajo el agua, tuvo como objetivo fortalecer capacidades técnicas en las propias organizaciones de la pesca artesanal, permitiéndoles desarrollar las competencias necesarias para ejecutar monitoreos de biodiversidad en sus Zonas Voluntarias de Protección ubicadas dentro de las Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB).
“Es importante levantar estos datos porque la mar es tan dinámica y tiene tantos cambios que la idea es hacernos una imagen de lo que pasa en ese sector. El monitoreo nos ayuda a ver las condiciones de nuestra Área de Manejo, que es como un predio, como un campo, por lo que, si podemos monitorearlo, mejor todavía, porque así vamos a poder conocer la salud del ecosistema”, destacó Miguel Herrera, del Sindicato de Pescadores de Maitencillo.
Durante tres intensos días de trabajo en terreno, los participantes construyeron transectas (una cuerda de 100 metros de largo con estaciones de muestreo cada 10 metros), aprendieron protocolos de monitoreo de peces, algas y macroinvertebrados, y realizaron inmersiones en los Refugios Marinos de Ventanas y Maitencillo. A través de estas transectas submarinas, que permiten estandarizar el muestreo, los equipos recolectaron datos sobre algas y fauna local para aprender a evaluar a lo largo del tiempo los cambios ecológicos relacionados con la protección del ecosistema marino.
“Estamos convencidos que complementar la experiencia y el conocimiento ecológico local con herramientas científicas y prácticas es esencial para lograr la conservación efectiva y sostenible del mar chileno. Este curso permite formar buzos científicos comunitarios y fortalecer las capacidades de los sindicatos de pescadores para recolectar datos relevantes de estas zonas de conservación, aspecto fundamental para el monitoreo y reporte de los nuevos instrumentos económicos para la conservación que se están diseñando”, indicó Amerindia Jaramillo, coordinadora del Proyecto GEF Incentivos para la Conservación de la Biodiversidad.
La jornada de cierre incluyó un análisis de los datos levantados por los participantes, revelando resultados muy similares a los obtenidos por profesionales de Fundación Capital Azul, lo que demuestra la alta calidad y rigurosidad del trabajo realizado por quienes participaron en el curso.
“Más allá de levantar capacidades locales en cada uno de los Refugios Marinos para que las organizaciones de la pesca artesanal puedan ejecutar el monitoreo de biodiversidad y comprobar el estado de salud del ecosistema, este proceso es clave para fortalecer el arraigo territorial. Al mismo tiempo, se generan oportunidades para que las Zonas Voluntarias de Protección sean potencialmente elegibles como iniciativas que, a partir de la información levantada en los monitoreos, puedan acceder a instrumentos que reconozcan y compensen los esfuerzos por conservar la biodiversidad”, señaló Rodrigo Sánchez Grez, director ejecutivo de Fundación Capital Azul.
La jornada finalizó con una ceremonia de entrega de diplomas y la satisfacción de quienes ahora cuentan con herramientas concretas para ser protagonistas en la conservación del océano. “La verdad es que este curso fue muy entretenido, y muy beneficioso en cuanto a conocimientos. Me ha servido bastante porque yo que trabajo en el mar, soy buzo mariscador, y la verdad es que muchas cosas las pasaba por alto; no sabía que de verdad es todo un ecosistema lleno de vida debajo del mar”, valoró Adán Fernández, integrante del Sindicato de Pescadores de Ventanas.
Por su parte, Lautaro Vergara, biólogo marino del Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN) de Chiloé, viajó de regreso a mares chilotes con la tarea de implementar un monitoreo de biodiversidad en el futuro Refugio Marino del Sindicato de Pescadores de Chepu: “Allá hay mucha motivación por lo que es generar este espacio en donde no hay extracción. Me voy con el desafío de poder implementar un monitoreo como el que están haciendo acá, que ya tienen mucha experiencia, y poder traspasar estos conocimientos al Sindicato. Va a ser un gran desafío para mí, pero me voy contento y con mucho aprendizaje de todos, tanto del curso, de la experiencia en buceo, así como también de los pescadores”.
Este curso no solo representa un paso adelante en la protección de la biodiversidad marina, sino también un claro ejemplo de cómo la colaboración entre academia, el conocimiento ecológico local, las comunidades y organizaciones puede construir un futuro más sostenible desde las profundidades del mar.
El Proyecto GEF Incentivos para la Conservación es ejecutado por el Ministerio del Medio Ambiente, e implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por su sigla en inglés). Su objetivo es mejorar el financiamiento nacional para la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos a través del diseño, la implementación y optimización de instrumentos económicos que fortalezcan las finanzas públicas e incentiven la contribución del sector privado al mantenimiento y recuperación de los ecosistemas.